Es interesante el análisis
comparado de los conflictos escogidos porque tienen un elemento en común, que
por lo demás se repite en otras crisis de relevancia internacional que desembocan
en el involucramiento de las potencias del sistema, a saber, la política de
alianzas.
La política de alianzas tuvo
como consecuencia que conflictos de actores periféricos involucraran a las
grandes potencias del sistema.
Otra coincidencia que permite
explicar el escalamiento de la crisis hasta una guerra total, es el ascenso de
una de las potencias del sistema que amenazaban la estabilidad del sistema
(Atenas en el caso de la Guerra del Peloponeso; Alemania en el periodo que
precedió a la Primera Guerra Mundial).
Esta prueba, desde una
perspectiva neorrealista, tratará de evidenciar, a través del estudio comparado
de la Guerra del Peloponeso y la Primera Guerra Mundial, como la búsqueda de la
hegemonía de una de las potencias pone en peligro la estabilidad del sistema, y
cuál es la respuesta habitual de los otros actores, en especial las potencias,
frente a ese escenario[1].
Medio
Ambiente.
Desde un punto de vista
físico ambos conflictos no tienen similitudes evidentes, pero si hay un
elemento físico relevante en ambos
procesos de crisis, a saber, el mar.
Atenas era la primera
potencia marítima y su intención de control hegemónico del sistema que formaba
parte se fundamentaba en el control de los mares.
Alemania, debido al
pensamiento geopolítico del emperador Guillermo II, buscaba arrebatar el
dominio de los mares al Reino Unido, imperio que admiraba y, a causa de ese
sentimiento intento imitar y, finalmente, desafiar.
Rusia tenía un interés
marítimo no satisfecho que con sólo una guerra europea podría alcanzar. El
Imperio euroasiático deseaba tomar posesión de Constantinopla y, gracias a
ello, control de los estrechos[2].
De tal guisa que no se
pueden entender ambos conflictos sin acudir al mar como aspecto físico
relevante que, sin tener el mismo rol en ambos casos, si está presente en la
estrategia de las citadas potencias.
En el caso ateniense la
ventaja naval no impidió la derrota sufrida[3] y, por el contrario, la
desventaja naval de las potencias centrales (y su principal actor: Alemania),
si fue determinante en su derrota[4].
Principales
actores y sus intereses.
Ambos conflictos involucran
a las grandes potencias del sistema y a otros actores menores.
La Guerra del Peloponeso
enfrentó a la Liga de Delos, encabezada por Atenas, y a la Liga del Peloponeso,
liderada por Esparta.
Por su parte la Primera
Guerra Mundial enfrentó a la Triple Entente, compuesta por Francia, Reino
Unido, Rusia (que se resta del conflicto luego de la revolución bolchevique en
1917), además de otros actores menores (como Serbia y Túnez), con la Triple
Alianza compuesta por Alemania (potencia emergente del sistema), el imperio
Austro-Húngaro, el imperio Otomano y otros actores de segundo orden como
Bulgaria (Italia se incorpora en 1915).
Atenas era
la potencia naval de la época. La polis griega en que se había desarrollado la
democracia, una rica filosofía y un vibrante comercio.
Favorecida por su poderío
naval, la superpotencia de la Hélade organizó la Liga de Delos, que consolidó
su posibilidad de imponer las reglas del sistema[5].
Esparta,
polis griega monárquica y militarizada, para oponerse al ascenso ateniense, se
valió de la Liga del Peloponeso, alianza militar que en definitiva la
arrastrará a la confrontación directa con Atenas. .
Inglaterra a
fines del siglo XIX y principios del XX, al igual que Atenas en el siglo de oro
de Pericles en el mundo Heleno, había alcanzado el sitial de primera potencia
y, gracias a sus colonias y armada, tenía el control de los Mares[6]. Su mayor interés era no perder dicho dominio
y Alemania era una seria amenaza. Pero el hecho que arrastró a Inglaterra al
conflicto fue la falta de respuesta frente a la demanda británica de respeto a
la neutralidad de Bélgica[7].
Francia
también tenía colonias y se veía amenazada con el ascenso alemán, además de
tener un claro interés nacional en Alsacia y Lorena, regiones que había perdido
a manos de Alemania, así como también tenía una aspiración territorial en la
cuenca del Saare[8].
Rusia,
enemigo histórico de Alemania (y de Prusia en otra época), no podía permitir su
ascenso por motivos de seguridad y, por otra parte, una guerra europea podía
permitir su expansión territorial en zonas estratégicas[9].
Alemania
tenía un proyecto de hegemonía mundial, la Weltpolitik[10].
El
imperio Austro-Húngaro buscaba evitar la desintegración a
manos de los grupos nacionalistas de los países que lo conformaban.
Estados
Unidos ingresa a la “Gran Guerra” para reconfigurar el sistema
internacional a partir de principios idealistas[11].
Dada la multitud de actores
involucrados y la extensión de su compromiso en la guerra, se puede afirmar que
ambos conflictos comparten el rótulo de “guerras totales”.
Amenazas
a la estabilidad del sistema.
Las guerras totales
normalmente se asocian a otro concepto que es fundamental para comprender la teoría realista, pero que la sobrepasa, ya que
todo estadista, de un modo u otro lo aplica en la toma de decisiones, a saber,
el equilibrio de poder.
El equilibrio de poder,
principio de acción política, también conocido como “balance de poder”, es un
“principio orientador y categoría de análisis, tanto para quienes diseñan
políticas y negocian a nivel internacional, como para quienes cultivan
académicamente la política internacional”[12].
En el caso de la Guerra del
Peloponeso, la expansión del poderío ateniense, y el temor que provocó en
Esparta, hizo inevitable el conflicto. Se había roto el equilibrio bipolar
flexible.
Previo a la primera guerra
mundial, el mundo estaba dominado por potencia europeas (todavía Estados Unidos
no emerge como superpotencia del sistema), conformando un sistema multipolar
flexible, en una época en que el nacionalismo[13] estaba presente en sus
actores.
En este contexto Alemania
comienza a crecer con gran fuerza y, el espacio territorial que a mediados del
siglo XIX estaba fragmentado (compuesto por cientos de pequeños Estados), a
principios del siglo XX era uno de los países más grandes de Europa y con un
desarrollo económico y militar que amenazaba el equilibrio de poder.
Una idea similar se
desprende de la obra de Tucídides: “en virtud de una necesidad natural el
fuerte domina al débil”[14].
En ambos conflictos el
ascenso de potencias provocó un ambiente propicio para la “guerra total”, pero
la política de alianzas fue determinante en su inicio.
El asesinato del archiduque
Francisco Fernando en Sarajevo a manos del nacionalista bosnio Gavrilo Princip,
fue clave en el inicio de la “Gran Guerra”, sobre todo luego de la negativa
serbia a permitir a los oficiales austriacos investigar los complots de los
agitadores Pan-eslavos[15], lo que implicó el ataque
austro-húngaro a Serbia, que Rusia defendiera a Serbia y el ingreso de Alemania
en la Guerra en apoyo del imperio Austro-húngaro y, en definitiva, involucrar a
todos los grandes actores del sistema internacional.
En el conflicto pan-helénico
Atenas y Esparta se enfrentan luego de episodios en que concurren en auxilio de
sus aliados, específicamente en los asuntos de
Corcira, de Potidea y de Megara[16].
[1] En este sentido
Morton Kaplan, al describir las características de lo que denomina “sistema
internacional de la balanza del poder”, en la regla 4 señala que es una norma
esencial del sistema “oponerse a toda colación o actor individual que propenda
a asumir una postura una postura predominante dentro del sistema”. El mismo
autor dice que “la regla 4 queda ejemplificada por la Entente Cordiale”. Vid.
Kaplan, Morton. Algunos Obstáculos en la Investigación de Sistemas
Internacionales. Publicado por primera vez en International Political
Communities: An Anthology (Garden City, N.Y.: Anchor, 1966), pp.469-486. Versión
en castellano disponible en la World Wide Web en: http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/2013/Relaciones-ElpensamientoClasico/10.pdf. Recuperado el 6 de
ocubre de 2014.
[2] Bollen J. D.;
Cosgrove J.J. Two Centuries. A Profile of Modern History. Pitman Publishing,
Melbourne, Australia, second edition, 1985, p. 431.
[3] Incluso se podría
afirmar que la excesiva confianza en su poderío naval, empujó a Atenas a
despreciar aspectos estratégicos muy relevantes, principalmente en el empleo de
su infantería.
[4] La supremacía naval
británica favoreció el bloqueo naval alemán, privando a las potencias centrales
de alimentos y materias primas. “… until 1918, the two great alliances remained
almost equally balanced on land. The long deadlock on the western front was
proof of this. The decisive factor precluding the possibility of victory for
the Central Powers had been British naval power, which mantained an effective
blockade and defeated the German submarine campaing, though at times U-boats
came close to success”. Bollen J. D.;
Cosgrove J.J. op. cit., p. 428.
[5] “Durante las Guerras
Persas, Atenas se colocó al frente de los Estados griegos y llegó a ser la
potencia de la Hélade. Atenas,
valiéndose de su poderío naval, organizó la Liga de Delos que comprometió casi
todas las islas egeas y las ciudades griegas del Asia Menor. Atenas ejerció la
hegemonía sobre la Liga, esto es, comandaba la escuadra y administraba el
tesoro que se guardaba en la isla de Delos. Formándose así un vasto imperio
marítimo ateniense bajo su amparo. Atenas pudo desarrollar sus actividades
comerciales que hicieron fluir hacia la ciudad la riqueza de toda la cuenca del
Mediterráneo”. Krebs, Ricardo. Breve Historia
Universal. Editorial Universitaria. Santiago, Chile, vigésima primera edición,
2002, pp. 133 y 134.
[6] ‘Rule, Britannia!, Britannia rules the waves’ dice la
canción del siglo XVIII. Slogan que se hizo una realidad un siglo más tarde.
Para obtener información sobre la canción y su contexto histórico vid. Historic
UK. Rule Britannia. Disponible en la World Wide Web en: http://www.historic-uk.com/HistoryUK/HistoryofBritain/Rule-Britannia/.
Recuperado el 6 de octubre de 2014.
[7] “The british cabinet,
which had shown no inclination to go to war for distant Serbia, and was divide
don whwther to join Russia and France, was determined to uphold the neutrality
of Belgium since this directly affected Britain’s security and freedom of
commerce on the English channel. A demand to Germany that it respect Belgian
neutrality was not answered and Britain declared the war on 4 August, the same
day as the German army entered Belgium. Bollen J. D.; Cosgrove J.J. op. cit., p. 418.
[8] Bollen J. D.;
Cosgrove J.J. op. cit., p. 431.
[9] Vid. Nota 1.
[10] Se denomina "weltpolitik" a la nueva política
mundial iniciada por el Káiser Guillermo II al acceder al trono en 1888.Tras
apartar al viejo Bismarck de la cancillería en 1890, Guillermo II se lanzó a la
construcción de la hegemonía mundial de Alemania. En el corto plazo, esto tuvo
dos consecuencias: el alejamiento de Rusia, al no renovar en 1890 el Tratado de
Reaseguro, y el creciente enfrentamiento con Gran Bretaña provocado por la
competencia económica y los planes de construcción naval germanos.
Historiasiglo20.org. Historia de las Relaciones Internacionales Durante el
Siglo XX. Weltpolitik. Disponible en
la World Wide Web en: http://www.historiasiglo20.org/GLOS/weltpolitik.htm. Recuperado el 6 de
octubre de 2014.
10 Basta recordar la
agenda de los “catorce puntos” del presidente Wodroow Wilson. Historiasiglo20.org. Historia de las
Relaciones Internacionales Durante el Siglo XX. Discurso de los Catorce Punto.
Disponible en la World Wide Web en: http://www.historiasiglo20.org/GLOS/catorcepuntos.htm. Recuperado el 6 de
octubre de 2014.
[12] Allard N., Raúl.
Apuntes sobre Procesos Políticos en el Sistema Internacional. Año 2010. No
publicado.
[13] “Durante el siglo XIX
el nacionalismo se había convertido en una de las principales fuerzas del
desarrollo histórico. El nacionalismo había impulsado al pueblo alemán y al
pueblo italiano a luchar por su unidad política y había llevado a todos los
pueblos europeos a buscar por encima de todo la gloria y el poder de la propia
nación”. Krebs, Ricardo. Op. cit. p. 416.
[14] Gómez-Lobo. El
Dialogo de Melos y la Visión Histórica de Tucídides. Revista Centro de Estudios
Públicos N°44, año 1991, p. 261.Disponible
en la World Wide Web en: http://www.cepchile.cl/dms/archivo_1849_1266/rev44_gomez.pdf.
[15] Bollen J. D.;
Cosgrove J.J. op. cit., pp. 416 - 417.
[16] Vid. Tema 4. La
Guerra del Peloponeso. Disponible en la World Wide Web en: http://s392285829.mialojamiento.es/grec/matedoce/cultura/2bat/tcgrII/cultura/2bat/t4gpcausas.htm. Rescatado el 5 de
octubre de 2014.
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