sábado, 31 de mayo de 2014

El secreto.

El secreto es la clave de la política. La verdad carece del valor que se le asigna en otros ámbito o, quizás, es aquello que quienes detentan el poder nos quieren hacer creer, esto último debido a que lo que es inalcanzable es irrelevante para la vida cotidiana y, tal como filosofía y educación cívica, es anatema para gran parte de la población.
A veces se llega al extremo de exaltar la mentira con la esperanza (quizás sincera) de que llene de sentido la vida. En el cine hay buenos ejemplos de esto. Recuerdo una escena de “Batman el Caballero de la Noche” en que Batman pedía a Gordon que lo culpe de los asesinatos cometidos por Dent, ya que preservar su imagen mantendría la moral de los ciudadanos de Gótica. También es celebre la frase “el secreto debe ser guardado por motivos de seguridad nacional”, que hemos escuchado hasta el hastío en tantas películas.  
Esta opacidad de la política es cada vez más insoportable, levantándose personajes dispuestos a jugarse por rasgar los velos que ocultan lo real y, al mismo tiempo, destruir la realidad. Edward Snowden y Julian Assange, son buenos ejemplos de quienes, por un motivo u otro, canalizan las ansias de verdad pero… ¿ponen en riesgo la posición de los poderosos? Da la impresión que no, parecen sólo incomodar.
Lo que sí está más o menos claro es que cada día es más difícil gobernar, la captura de la legitimidad tenía un costo menor en la sociedad de la radio y el papel impreso que en la telaraña mediática actual.
Las marchas y las protestas de todo tipo nos acompañan hace siglos pero es nuevo que, por ejemplo, una vez al mes miles de ciclistas se tomen las calles de Santiago gracias a un mensaje electrónico enviado unas horas antes.
Si antes parecía interesante preguntarse por estratos políticamente relevantes, hoy parece más importante hacerlo por ciudadanos que potencialmente se pueden articular en respuesta a ciertas demandas.
Por supuesto que esta nueva configuración de la sociedad dificulta el control. Si antes se decía que capturando a la élite media se podía dirigir sin tropiezo al cuerpo político, hoy debe ser matizada dicha afirmación por la dificultad de enfrentar a grupos en red, sin centro o de centro reemplazable, que chocan con los intereses de la élite gobernante.   
Este nuevo escenario está presente a todo nivel, desde el estudiante que sufre ciber-bulling sin que nadie lo pueda evitar, pasando por protestas contra HidroAysén o Pascua Lama, hasta los conflictos de carácter mundial como la discusión por el calentamiento global o la caza de ballenas. Hace unos años era impensable que Japón pudiese ser restringido en la caza de ballenas y hoy es una realidad (claro está que hay que ver si cumple lo resuelto).

El secreto es cada día una peor palabra y cuando parte de la verdad sale a flote hay miles, e incluso millones, dispuestos a expandir el mensaje por todos los medios disponibles y empezar a operar bajo la lógica de la información obtenida.   

jueves, 29 de mayo de 2014

Humanizar el trabajo.

Según Weber la  ética protestante produjo el gran florecimiento económico de las naciones en que se profesaba dicha confesión. Por una afinidad electiva, la acumulación y la ascética permitieron el éxito económico. En nuestros tiempos es difícil encontrar sociedades, de la escala que sea,  que conjuguen dichas características.
La caducidad (programada y percibida) de las cosas, los constantes avances tecnológicos y el marketing,  orientan al consumo compulsivo.
China se presenta como una nación que, en cierto sentido, representa la austeridad de antaño[1] pero ¿esto va a cambiar?
Las autoridades chinas están empeñadas en aumentar el consumo interno[2] y, como en tantas otras cosas, sabemos dónde esto comienza, pero no sabemos dónde termina. 
Ahora bien, plantear el conflicto en términos weberianos, es decir, de disputa por la distribución del ingreso, hace perder de vista algunos aspectos relevantes para entender la naturaleza de los conflictos sociales.
Volviendo a China, los obreros tienen jornadas laborales de 72 horas semanales[3], situación que contrasta con las menos de 40 horas que se trabajan en gran parte de Europa, pero que puede compararse con las 45 horas de un trabajador santiaguino si se añaden entre 2 y 4 horas de viaje en el trayecto hogar-trabajo-hogar (además de las horas extraordinarias).
A lo anterior hay que sumar el carácter rutinario de muchos oficios, en los que la creatividad se asfixia bajo protocolos de calidad, seguridad, inocuidad, entre otros, que transformar el trabajo en castigo, esto sin mencionar la fungibilidad del trabajador.
La felicidad en el siglo 21 parece reducida al consumo, pero es evidente que las cosas no colman el corazón del ser humano. El stress, el insomnio y los “vicios sociales” no reconocen clase. La angustia de vivir en un mundo competitivo, muchas veces insensible con los menos dotados, para muchos es mayor a cualquier recompensa económica. La intrascendencia y el consumismo son notas características de la sociedad actual ¿No constituyen circunstancias alienantes?
Por supuesto que la respuesta admite muchos matices. El Derecho Laboral, por ejemplo, se esfuerza por contener el oscuro objeto del contrato de trabajo, reconociendo que es imposible separar al trabajador de las energías que pone a disposición de su empleador, y que la asimetría de la relación abre campo a la negociación colectiva.
Con todo, en gran parte del planeta, en que la sociedad civil no juega un rol activo y las élites gobernantes son relativamente homogéneas, la población padece el desprecio de los poderosos y la indiferencia de sus dirigentes.



[1]Llama la atención el hecho de que el índice de ahorro personal en China equivale al 50% del PIB, un porcentaje muy alto. Hsu afirma que China “tiene una cultura en que las personas son extremadamente frugales. Son personas que han pasado por tiempos difíciles, empezando por la Revolución Cultural (bajo Mao TseTung) ocurrida en la última generación. http://www.wharton.universia.net/index.cfm?fa=viewArticle&id=1256&specialId=92 
[2] Vid http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTASIE9A200W20131103
[3] Vid http://es.wikipedia.org/wiki/Semana_laboral#Asia_y_Ocean.C3.ADa

sábado, 17 de mayo de 2014

Euro-visión.

Euro-visión. 

Los conflictos que tienen por fundamento la identidad son inherentes a naturaleza humana, tanto a nivel individual, local como global. La adolescencia es la etapa en que más se evidencia dicho conflicto pero puede presentarse, o al menos estar latente, durante toda la vida.
No sabemos si Conchita Wurst tiene, o ha sufrido, un conflicto de identidad, pero es evidente que su triunfo en Eurovisión no ha aplacado las críticas que emergen desde los cinco continentes, ni mucho menos el fervor de quienes, por diferentes motivos, la apoyan.
Evidentemente la discusión no se centra en los méritos musicales de la artista sino sobre su identidad sexual.
Entrando en la polémica el conocido twittero Pablo Bello[1] manifestó: “Europa occidental en lo “políticamente correcto”. Ya resulta cansino”, para luego agregar, “Sin barba no gana”. Sus mensajes, en formato de 140 o menos caracteres,  le costaron furiosas críticas de sus seguidores.
En Rusia el Ministerio de Comunicaciones recibió una petición para prohibir la emisión de Eurovisión 2014 debido a la participación de la cantante austriaca.  El diputado Ruso Vitali Milanov recomendó al Comité Nacional de Eurovisión boicotear el concurso ya que, a su juicio, “la transmisión podría ofender a millones de rusos.”[2]  En Bielorrusia hubo manifestaciones públicas por el mismo motivo[3].
El diario ABC, en su edición online, publicó un artículo titulado “¿Homofobia en Eurovisión?”, en el que se afirma que el representante armenio (favorito en ese momento en las apuestas para ganar el certamen), dijo a propósito de la participación de Conchita: “No es normal ni adecuado. Ojalá en Copenhague le ayudemos a decidir si es un hombre o una mujer”[4]. El mismo artículo informa las críticas que ha recibido la televisión pública de Azerbaiyán por emitir imágenes de la austriaca.    
Una canción, en la que la intérprete expresa haber sido rescatada por el amor,  enfundada en un apretado vestido y con frondosa barba, crea un conflicto valórico global.
Cuando todavía la sombra de las leyes rusas en que se sancionan las conductas públicas homosexuales está presente y el eco de Socchi 2014 aún resuena, el debate continúa aumentando de decibeles.



[1] Subsecretario de Telecomunicaciones durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.
[2]Vid. http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/music/news/eurovision-2014-russian-politician-who-called-stephen-fry-sick-brands-contest-sodom-show-9315516.html
[3] Vid. http://olevision.com/2014/01/los-rusos-siguen-con-sus-ataques-anti-tolerantes-contra-eurovision/
[4] Vid. www.abc.es/.../abci-eurovision-conchita-wurst-aram-201403281611.html