jueves, 21 de mayo de 2015

Alianza del Pacífico.

La integración es clave para que las naciones sean competitivas en la era de la globalización. El aprovechamiento de las ventajas comparativas representa una necesidad en un mundo en que los países están más cerca que nunca. Es por ello que la eliminación de barreras arancelarias y paraarancelarias es  indispensable para que las naciones (y por cierto su población) no estén dentro de los perdedores de la mundialización de los mercados.
Chile es un país que se ha abierto al mundo rápida y profundamente, con acuerdos de desgravación arancelaria de diferentes alcances y otros de naturaleza más global, como el acuerdo de Asociación con la UE. No obstante lo anterior, esta situación de ventaja que ha implicado para Chile la apertura, ha perdido importancia, ya que cambios ideológicos han permitido que muchos otros países se abran al mundo, por lo que las distancias se acortan y las oportunidades que crea la globalización  se extienden a un concierto más amplio de países, por lo que es necesario diseñar nuevas estrategias para que aumente el crecimiento económico del país y, en términos más amplios, el desarrollo nacional.
Por otra parte una política de integración, más allá de lo meramente económico, da importantes oportunidades de intercambio cultural, enriqueciendo a los países que entran en contacto.
Un aspecto muy importante en nuestro desarrollo presente y futuro depende de nuestra relación con la cuenca del Pacífico. Las economías más bullentes  del mundo se encuentran en la zona (en la costa asiática) y eso, sumado a los más de 4000 kilómetros de costa que cuenta nuestro país, impone una importante tarea a desarrollar, a saber, profundizar nuestros vínculos con el Asia –Pacífico.
Por la talla de las economías del otro lado del océano, es muy aconsejable realizar el esfuerzo de integración de la mano de otros Estados con un interés preeminente en la zona[1] y una coincidencia política básica.
En este contexto, la emergencia de la Alianza del Pacífico representa un paso importante en el proceso de integración regional.
Chile, Perú, Colombia y México, han trabajado con relativa fluidez y han alcanzado niveles importantes de consenso, por lo que el futuro es auspicioso.
No obstante lo anterior, la Alianza tiene importantes detractores y enfrenta oportunidades que se pueden transformar en peligros de disolución.
Un ejemplo de lo primero es la desconfianza que genera en Brasil la emergencia de un bloque que puede disputarle el control de la región suramericana.
MERCOSUR en su conjunto ha visto a la Alianza del Pacífico como un proyecto que amenaza sus intereses.
Los países del eje bolivariano, con su habitual retórica de sospecha de control hegemónico estadounidense, ven en la Alianza del Pacífico un intento de subordinación de Sudamérica a los intereses de la superpotencia “imperialista”.
De todos modos es importante destacar el intento de apaciguamiento que ha emprendido la presidenta Bachelet, quien pretende que la Alianza del Pacífico se acerque al MERCOSUR.
En la ceremonia de titulación del programa de magíster de Relaciones Internacionales de CEAL de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, efectuada el 14 de agosto recién pasado, el subsecretario de RREE manifestó el interés de integrar al MERCOSUR en 3 áreas, a saber, libre circulación de personas, turismo y ciencia y tecnología.
Estos puntos parecen muy razonables y ponen al resguardo al nuevo bloque del riesgo de frustrar el proyecto de “integración profunda” a la que están convocadas las naciones que lo conforman.
Además la Alianza del Pacífico ha superado cambios de gobierno en todos los países miembros, sin importar que varios de éstos sean de un signo político distinto de aquellos que promovieron su creación, lo que es alentador respecto del futuro de la integración regional en torno a este bloque. 
También es importante destacar que Panamá y Costa Rica buscan integrar la Alianza y, como cumple ya con los requisitos de ingreso, es probable que Canadá se integre, lo que añadiría una importante economía al bloque, mejorando las perspectivas de consolidación de esta área de integración profunda.   



[1] “La Alianza del Pacífico tiene el potencial de transformar cualitativamente el espacio regional en que nos desenvolvemos en el comercio, la inversión extranjera directa, y las vinculaciones de cooperación, con una marcada orientación hacia el desarrollo de más y mejores relaciones externas del área de la Alianza, especialmente, pero no exclusivamente, en dirección Asia-Pacífico”. Wilhelmy, Manfred. Alianza del Pacífico: una visión desde Chile. Estudios Internacionales, vol. 45 n°175, Santiago, agosto de 2013. Disponible en la World Wide Web en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0719-37692013000200006&script=sci_arttext. Recuperado el 5 de septiembre de 2014.